La mayoría de ellos son de sentido común y
cualquiera podría llegar a esa conclusión sin embargo hay algunos que se
han convertido en “leyenda urbana” y otros que decididamente no son siempre ciertos.
Poner lavadora y lavavajillas a tope, usando programas de menor calor (es donde gastan más estos electrodomésticos), acumular ropa para evitar tener que calentar la plancha varias veces, adecuar el diámetro de la cazuela al del
fogón de la vitro y cocinar con la tapa puesta, no meter cosas
calientes al frigo o congelador son recomendaciones válidas pero a veces
nos suponen un esfuerzo que…¿compensa? A priori no lo sabemos porque
desconocemos el consumo de estos electrodomésticos y menos aún, la
influencia en consumo (y por tanto en dinero) de estos consejos.
Cambiar la iluminación a led, te supone ahorrarte un tercio de tu factura de luz…¿cierto?
Va a ser que no. Según estudios del IDAE la iluminación representa
actualmente sólo un 4,1% del total del gasto energético, aproximadamente
un 12% del eléctrico. En el mejor de los casos sería un 9-10% y si ya
cambiaste a bajo consumo podrías ser de sólo un 2-3%.
El Stand-by de una tele consume mucho y
conviene desenchufarla o bien conectarla a una regleta con interruptor y
nunca dejarla con el piloto… ¿de verdad? Con la introducción de la
TDT ha habido una renovación muy grande en el parque de televisores.
Las teles actuales son básicamente ordenadores y se ha ajustado mucho su
consumo en stand-by, siendo normales, valores de 0,5 a 1 W lo que
supone un gasto anual de… 0,6-1,2 € impuestos incluidos ¿compensa la
molestia de desenchufarla a mano?.
Con el tema de Stand-by rara vez se habla de otros electrodomésticos y
sin embargo un microondas, una lavadora o incluso una caldera mural de
gas pueden tener consumos fantasma mucho más importantes y no se nos dice que los desenchufemos…
Estos ejemplos vienen a mostrar que es necesario conocer para actuar. En los tiempos
de la abuela todo era más sencillo, aunque tampoco había muchas
alternativas. Ahora disponemos de la tecnología suficiente para poder,
con un poco de método y sentido común, conocer para racionalizar al
máximo nuestros hábitos, nuestros consumos y los de nuestros
electrodomésticos.
¿Quieres ahorrar en tu factura de la luz?
1º Antes que ponerte a ahorrar energía,
optimiza tu suministro revisando la potencia contratada y evaluando el
cambio a una tarifa con discriminación horaria.
Con esto puedes conseguir fácilmente ahorros en tu
factura entre un 10 y un 25% (o más) anuales.
Lo mejor para ello es que
adquieras un monitor de electricidad para realizar el análisis.
En empresas, sean del tamaño que sean, la optimización del suministro eléctrico
se ha vuelto imprescindible para aquellas en las que nunca se ha
realizado o se hizo hace tiempo, debiendo confeccionarse análisis
periódicos al menos una vez al año. Dichos análisis son más complejos
que para el caso doméstico, pero los ahorros conseguidos pueden ser muy
importantes y, normalmente, sin coste alguno.
2º Analiza cada punto de luz, cada electrodoméstico y en definitiva todo lo que conectes al enchufe.
Más información: Asociación de consumidores de energía.
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